La vacunación es una de las intervenciones en salud más exitosas en la historia de la humanidad, y junto con el lavado de manos y el agua potable ha evitado que cientos de personas contraigan enfermedades infecciosas muchas veces graves, debilitantes o con secuelas permanentes.
Es por esto que se considera como una de las acciones de salud pública más costo efectivas y que más éxito ha tenido en todas las épocas; salvando millones de vidas, específicamente en la población infantil evita cerca de 2.5 millones de muertes al año. La vacunación ha permitido erradicar la viruela, reducir la incidencia mundial de poliomielitis en un 99% desde 1998 y disminuir de manera significativa la incidencia de enfermedades como la difteria, la tos ferina, el tétanos, el sarampión rubeola y la hepatitis B.
Además de los beneficios de salud,se considera que las poblaciones sanas son la piedra angular para sociedades prósperas y sostenibles. Los expertos afirman que la vacunación produce beneficios económicos y favorece el desarrollo humano.
La mayoría de las vacunas disponibles se administran en forma gratuita en países pobres o en vía de desarrollo. La meta sigue siendo aumentar cada vez más los porcentajes de cobertura a nivel mundial puesto que aún se siguen perdiendo cerca de 1.5 millones de vidas cada año debido a enfermedades inmunoprevenibles.
El PAI (Plan Ampliado de Inmunizaciones) en las Américas tomo forma en 1977 cuando se decretó la resolución XXVII de la 25ª reunión de la Organización Panamericana de la Salud. Los objetivos iniciales eran reducir la morbimortalidad prevenible mediante vacunación a través de programas sistemáticos e integrados de vacunación y reducir las tasas de mortalidad por sarampión, tosferina y tétanos Específicamente en Colombia el PAI comenzó oficialmente en 1979 con las algunas dificultades iniciales respecto a las dosis e intervalos de vacunación que se fueron aclarando y que hacen de nuestro PAI hoy en día, uno de los más completos de América Latina. (Ver esquema de vacunación completo y actualizado) Clic aquí para ver
Casi a la par del inicio de la vacunación se empezaron a generar movimientos en contra de ella, basados en falsas creencias respecto a efectos adversos y secuelas a largo plazo. Lo importante en cuanto estos movimientos, es educar, sin juzgar, mostrando toda la evidencia científica que demuestra con rigurosidad la eficacia de la vacunación en cuanto a protección de la salud no solo del niño vacunado, sino también de todos los que lo rodean y por ende de la sociedad en general.
Actualmente el planeta entero atraviesa una situación desbordante desde todos los aspectos; sin embargo, no se debe pasar por alto que los otros riesgos que siempre han existido aún persisten, dentro de ellos las infecciones inmunoprevenibles que siguen cobrando vidas sobre todo de las poblaciones más vulnerables como los menores de cinco años. Es por esto que el ministerio de salud colombiano, junto con las sociedades científicas internacionales, determinó unos lineamientos para continuar la vacunación durante esta pandemia. Dichos lineamientos están disponibles para toda la comunidad y básicamente lo que pretenden es dar todas las recomendaciones y medidas de protección para continuar la vacunación bien sea en los centros especializados o en casa cuando así se requiera. Cabe anotar que el resto de virus y bacterias siguen en el ambiente y que la mejor forma de prevenirlos, además de lavarse las manos, es vacunando a nuestros niños.
Juanita María Puchulú Betancourt
Médica Residente Pediatría CES
Junio 2020
juanitapuchulu7@gmail.com